Fotógrafo

2022 es un año de nuevas aventuras y para ampliar nuestros horizontes. Este año me propuse capturar más fauna y flora, una actividad que me alegra mucho y que reaviva mi pasión por la fotografía, que a menudo queda relegada a un segundo plano cuando me centro en proyectos difíciles.

En el seco calor de abril, me aventuré en el norte de Rajastán (India) en busca del escurridizo tigre de Bengala. En los bosques secos de la Reserva de Tigres de Ranthambore, pasé seis amaneceres buscando tigres con un grupo de guías y conductores. Estos tigres suelen ser tímidos y tienden a moverse en la oscuridad, por lo que es crucial atraparlos temprano, antes de que el sol haga de las suyas.

Sin embargo, una mañana tuve un gran avance. En un claro aislado de árboles sombríos y vegetación, bastante inusual en esta región árida, nos encontramos con una madre tigre con tres cachorros. Cuando la oportunidad se presentó ante mis ojos, cogí rápidamente mi cámara y capturé una serie de imágenes mientras los tigres se movían entre la maleza.

Este era el momento que había estado esperando y toda la planificación, los viajes y la preparación me llevaron a este momento, al sentimiento de alegría y pasión que supuso ver y capturar estas imágenes con mis propias manos. En el transcurso de la semana siguiente, vi tres tigres más, pero nada podía compararse con ese contacto inicial, ese momento de ruptura que había estado esperando todo el tiempo.

Mi próxima aventura me espera, esta vez en las llanuras de África, donde espero capturar algunas de las criaturas más temibles y majestuosas del planeta.